Construir una organización centrada en las personas.
En algún momento, todas las organizaciones experimentan estancamiento e incluso inician un proceso de declive. Esta situación conlleva la frustración de los miembros de la organización debido a la falta de resultados y perspectivas para el futuro. Superar esta situación requiere cambiar la incertidumbre por certeza, lo que implica enfocarse nuevamente en las personas y concebir una visión con un sentido más amplio de propósito.
Las organizaciones enfocadas en crear mejores experiencias humanas construyen resiliencia y eliminan los riesgos asociados con la innovación a través de la iteración y el aprendizaje continuo. Estas organizaciones se preocupan tanto por la experiencia de trabajo de sus equipos como por la de sus clientes, e incorporan activamente este principio en la cultura de la organización. Representada por la utopía de la organización perfecta, un ideal al que se comprometen a alcanzar todos los actores, ya que es en última instancia el propósito compartido; la motivación clave que conduce a una mayor rentabilidad a largo plazo. Las organizaciones centradas en las personas innovan a mayor velocidad y facturan más que el promedio de su industria. Tienen un mayor promedio de vida de negocio y arrojan mejores retornos para sus accionistas.
Transformarse en una organización centrada en las personas implica un cambio fundamental en el propósito de dicha organización. Va más allá de la simple implementación de planes de optimización financiera, de procesos, operaciones e infraestructura; se trata de un cambio en la manera en que los miembros de la organización comprenden su desempeño profesional. Sus integrantes han alineado visión con propósito, valores y estilo de trabajo, dando lugar a una cultura empresarial centrada en las personas. Aplican la idea de las personas primero en su forma más pura extendiéndola a todas las actividades de la organización. Iniciar una transformación digital o introducir pensamiento de diseño y disciplinas ágiles en la organización, por sí solo, rara vez logra generar un cambio significativo con un resultado empresarial positivo.
Una transformación hacia una empresa más ágil, digital y centrada en el cliente, junto con el desarrollo de una mentalidad de crecimiento que fomente una cultura empresarial sólida, capaz de albergar y beneficiarse de la diversidad de ideas, constituye un aspecto fundamental. Además, es esencial impulsar la innovación constante y promover una mayor colaboración, superando los obstáculos que representan los silos internos. Lograr estos objetivos, precisa implementar un plan de transformación que incluya una lista detallada de cambios imprescindibles, como la reorganización de la empresa, la adquisición y capacitación de talento, la optimización de operaciones y el avance en la transformación digital; todo alineado con una nueva cultura empresarial centrada en la persona. Este enfoque permitirá el lanzamiento de productos mejorados y campañas de marketing más eficientes. Inicialmente, todos los miembros de la empresa, incluidos los tomadores de decisiones, se sentirán motivados y llenos de energía al visualizar el desarrollo empresarial creciente. Sin embargo, será crucial enfrentar la realidad del día a día empresarial para garantizar la efectiva implementación de estos cambios y alcanzar el éxito sostenible en el proceso de gestión del cambio.
“Establecer un plan y la consecución de unas metas, no equivale a una estrategia centrada en las personas. Mejorar las métricas de desempeño es algo que muchos expertos en finanzas, operaciones, Growth Hacking… pueden realizar. Construir una organización centrada en las personas precisa de un cambio de paradigma de los modelos mentales.”
Es probable que antes del final de la presente década, la inteligencia artificial altere o incluso elimine un tercio de los trabajos. El debate de cómo paliar los cambios sociales que provocará engloban desde: el salario básico universal al uso de fármacos para potenciar las capacidades cognitivas humanas o la modificación genética e incluso el transhumanismo; que sugiere la conexión directa entre humanos y máquinas mediante implantes. A la par de estos cambios sociales impulsados por la tecnología, las empresas enfrentan una sobrerregulación cada vez más compleja, impulsada por razones de agenda tales como: combatir el cambio climático, políticas inclusivas, economía circular, las pujantes monedas digitales o los planes de «ciudades de 15 minutos». En contraposición surge la visión de una sociedad que aboga por empresas que prioricen a las personas y generen valor en base a potenciar las capacidades innatas humanas. Maximizar el desempeño humano y aprovechar las crecientes capacidades tecnológicas es probable que dé lugar a la resolución de problemas como la obesidad, deterioro medioambiental o la explotación laboral. Problemas cuya solución efectiva, depende de encontrar fórmulas económicamente rentables para las empresas.
Una visión que promueve la fusión de la realización profesional con la actividad empresarial. Dota al trabajo de un sentido de propósito significativo, al otorgar a la actividad profesional una mayor relevancia, por el impacto positivo que produce en la vida cotidiana. Un escenario que engloba la idea del retorno de habilidades artesanales y la formación de gremios que protegen los derechos de sus miembros, al mismo tiempo que salvaguarda el conocimiento y fomenta la formación de nuevos artesanos. Una sociedad que busca recuperar la conexión con la naturaleza humana y su entorno, relegando el consumismo extremo junto con otros problemas de nuestro tiempo tales como hiperconectividad a un segundo plano. Se valora el sello de calidad «hecho por mí», que genera reconocimiento global para productos individualizados y servicios personalizados. Un escenario en el que las empresas enfrentan una decisión crucial en cuanto al camino que desean seguir, y se insta a encontrar fórmulas para convertirse en promotoras de esta nueva realidad, donde el enfoque se centra en el ser humano y su desarrollo integral.
El éxito empresarial en el nuevo mundo laboral implica adoptar enfoques transformadores en la gestión que antepone el resultado a guardar los procedimientos establecidos. El estilo de trabajo se caracteriza por un enfoque gradual de resultados, aprendiendo de las experiencias y escalando de manera inteligente. Es esencial fomentar la participación de todos los miembros en lugar de imponer reglas de forma coercitiva. Un elemento crítico para esta transformación es el liderazgo de arriba hacia abajo, esto es los líderes deben ejemplificar y vivir los valores que están alineados con la visión que promueven. Esto crea coherencia entre lo que se espera de los empleados con la forma en que los líderes mismos actúan y toman decisiones. El éxito en el nuevo mundo laboral es el resultado de una cultura centrada en las personas para las personas.
Incluso antes de la disrupción causada por COVID-19, aproximadamente dos de cada tres empleados ya mostraban un nivel de compromiso mínimo respecto a sus puestos de trabajo. La pandemia ha destacado la ineficiencia de la burocracia, demostrando ser modelos de gestión obsoletos por la frustración y costes innecesariamente elevados que genera. Además, se ha evidenciado que el abuso tradicional de las reuniones conlleva poco valor productivo, al mismo tiempo que el teletrabajo o el trabajo remoto han demostrado ser modelos viables.
En este contexto de nueva normalidad, construir una organización centrada en el ser humano se convierte en un enfoque estratégico fundamental. Dicho enfoque prioriza el bienestar, el desarrollo y la satisfacción de los empleados, al mismo tiempo que se enfoca en satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes o usuarios. Una organización centrada en el ser humano se define por su propósito, que consiste en servir a sus usuarios, clientes y comunidad, orientando todas sus actividades de innovación y operaciones hacia el beneficio de todas las personas.
Un enfoque que puede aplicarse de manera consistente a través de todas las industrias. Ofrece un marco de co-creación de valor entre todos los integrantes y que toda organización puede adoptar para convertirse en una entidad centrada en las personas. Sus fortalezas esenciales incluyen:
ESTRATEGIA:
Desarrollar una estrategia centrada en las personas, precisa romper con el pasado y basar su génesis en el presente, con una clara visión más amplia de oportunidades. Se sustenta en una comprensión profunda de las motivaciones y comportamientos humanos, perspectiva que enriquece el enfoque analítico tradicional. Consiste en una nueva forma de pensar, que adopta un enfoque holístico englobando tanto a los actores internos como a los externos. Si bien seguirá siendo esencial colocar los hechos y el conocimiento en el centro del análisis, su efectividad depende de comprender cómo actuarán las personas y, lo que es más importante, por qué lo hacen y cuáles son sus motivaciones.
El proceso de pensamiento de diseño requiere de empatía, creatividad, lógica y la capacidad de trabajar en entornos inciertos. Además, se necesita intuición para anticipar resultados impredecibles debido a la falta de información. Cada empresa debe responder a la pregunta de si sus planes de innovación tienen demanda o si hay usuarios interesados. Razón por la cual la diversidad de ideas y la experimentación rápida son las bases fundamentales validar la idea de propuesta de valor y explorar las opciones optimas de monetización.
Sistema de gestión del proceso de desempeño es el método utilizado por las organizaciones para mejorar el rendimiento individual y colectivo de sus empleados. Implica varias actividades y planes que alinean los esfuerzos de los recursos humanos con la visión, misión y objetivos de la organización. Se trata de abordar los problemas de desempeño y brindar apoyo para ayudar a los empleados con dificultades a mejorar su rendimiento. La gestión del desempeño tiene como objeto desarrollar individuos con el compromiso y las competencias individuales necesarias para trabajar colectivamente en pro de objetivos significativos dentro de un marco organizacional. Marco que potencia la inteligencia colectiva además de dar lugar a un aprovechamiento máximo de las oportunidades tecnológicas.
TRANSFORMACIÓN:
En lugar de enfocarse únicamente en la logística interna y los resultados financieros, las organizaciones centradas en las personas priorizan el «pensamiento de diseño» enmarcado desde una perspectiva externa hacia adentro. Abarca de manera holística a los usuarios, clientes y la comunidad. Estas organizaciones se guían por un propósito al diseñar productos y servicios, lo que se traduce en un mayor compromiso interno y una mayor satisfacción del cliente. Se trata de diseñar las oportunidades teniendo en cuenta las necesidades y expectativas de las personas que interactúan con la organización. Al adoptar un enfoque centrado en el ser humano, se logra una comprensión más profunda de las motivaciones y deseos de los clientes y usuarios, lo que se traduce en la creación de soluciones más relevantes y significativas para ellos. Una organización centrada en el ser humano se destaca por su enfoque en el diseño con propósito y el impacto positivo que esto genera tanto en su equipo interno como en la satisfacción y lealtad de sus clientes.
Organizaciones ágiles centradas en las personas adopta, por definición y se distinguen por una cultura ágil. Al asumir una mentalidad y valores ágiles, tanto sus líderes como sus equipos se enfocan en proporcionar valor al cliente de manera proactiva. En lugar de medir el éxito únicamente con métricas internas, relevantes solo para la organización; una organización centrada en las personas emplea métricas que engloba a un conjunto más amplio de partes interesadas. La organización ágil es un organismo vivo impulsada por valores que enfatizan la entrega de valor al cliente y la medición del éxito en función del impacto positivo en un conjunto más amplio de interesados. Este enfoque les permite mantener su dinamismo incluso en entornos altamente cambiantes, asegurando su relevancia y sostenibilidad a largo plazo. Características son la inteligencia colectiva resultado de una cultura centrada en las personas con la capacidad de operar en ciclos rápidos de aprendizaje potenciados por la tecnología y un propósito común que crea valor para todas las partes interesadas. Es el paradigma de entender la organización como una maquina con estructuras rígidas frente a la versión de un organismo vivo que se adapta de manera natural a un entorno cambiante.
Una política de inclusión genuina requiere incorporar de manera intencionada principios y valores rectores en todas las facetas de actividad; principios que se convierten en parte inherente del ADN de la cultura de empresa. Rige planes, toma de decisiones, y actividades cotidianas. Este enfoque excede la estrategia de marca convirtiéndose en una parte esencial de la identidad empresarial. Desde la alta dirección extendiéndose a los empleados de primera línea, cada individuo comprende la importancia de estos principios y se esfuerza por aplicarlos en cada interacción con clientes, socios y otras partes interesadas. Este enfoque auténtico y comprometido con el bienestar y las necesidades de las personas impulsa un impacto positivo tanto dentro como fuera de la organización. Una inclusión genuina consiste en conseguir que las personas acepten ideas, propuestas y perspectivas en conflicto, como el primer paso en la dirección correcta. El segundo consiste en elegir y desarrollar de forma racional la opción que arroje el mayor beneficio. La auténtica inclusión se basa en incorporar distintas ideas, incluso contrapuestas, en la mezcla que da lugar a soluciones óptimas; en ocasiones da lugar a negocios disruptivos.
“Es frecuente valorar más las ideas y mérito cuando coinciden con las propias posturas del líder, esto restringe el fomento de la diversidad, elemento necesario en un contexto de constante disrupción de los viejos paradigmas.”
CRECIMIENTO:
Priorizar a las personas proporciona una ventaja competitiva al fomentar una sólida lealtad del cliente y atraer al mejor talento, dado que construye una reputación sólida basada en valores y un propósito con repercusiones sociales positivas. Cuando una organización considera el impacto en sus usuarios, empleados y comunidades en las que opera, tiende a tomar decisiones más reflexivas y sostenibles. Evita un enfoque cortoplacista que trunque la oportunidad de generar mayores beneficios a largo plazo. Una organización que da prioridad a las personas se guía por un genuino deseo de servir a sus usuarios, clientes y comunidad. Mediante la alineación constante de su innovación y operaciones en torno a una estrategia centrada en personas basada a valores de corte humanistas, logra construir relaciones duraderas y crear valor sostenible a largo plazo para todas las partes involucradas.
Aceptar el fracaso como parte del proceso de aprendizaje permite que la organización diversifique su conocimiento y amplíe el marco de posibles innovaciones. En lugar de diseñar para un cliente abstracto, las organizaciones centradas en la experiencia humana reconocen la naturaleza dinámica de sus usuarios y clientes. Estas organizaciones instauran una cultura de mejora constante en el diseño y la entrega de experiencias que satisfacen a sus clientes, el resultado; una mayor cuota de mercado al superar las demandas y expectativas de la competencia. Poner énfasis en la empatía, la colaboración y el aprendizaje crea una cultura corporativa positiva que generando espacio para la seguridad psicológica. Esto facilita la gestión del cambio y da lugar a un proceso de innovación, que es la base de una ventaja competitiva.
Un cambio de modelo mental basado en el principio funcional de un organismo vivo, por el cual potenciar el desempeño humano, es cada vez más relevante. Consiste en la estructuración adhocrática de la empresa por la cual se conforma como una red de células o de equipos empoderados que transmiten información para autoorganizarse. Hemos sobrevivido como especie gracias a que hemos evolucionado para colaborar y adaptarnos a entornos cambiantes. De hecho, muchas de las grandes obras no serían posibles sin la colaboración de amplios grupos de humanos al igual que los avances más singulares son el resultado de pasiones individuales. Los modelos mentales de una organización capturan la comprensión compartida del conocimiento además de convicciones relevantes que dan forma al trabajo, por tanto; implícitamente coordinan el comportamiento y determinan la eficacia del equipo. Si bien se valora la pasión individual y la singularidad de cada miembro del equipo, estas deben de estar alineadas con los objetivos generales de la organización para lograr resultados relevantes y coherentes.
La convergencia de la evolución tecnológica y humana tiene la capacidad de producir resultados más allá de lo imaginable. Cuando los avances tecnológicos se alinean con el desarrollo de las capacidades humanas, se crea una poderosa sinergia que conduce a un progreso acelerado y resultados transformadores. Simultáneamente con los avances tecnológicos, la evolución humana abarca el desarrollo intelectual, emocional y social de los individuos; que es el origen del avance de toda civilización. A medida que adquirimos una comprensión más profunda de nosotros mismos, nuestro entorno y el mundo que nos rodea, estaremos mejor equipados para aprovechar el desarrollo tecnológico de manera que se alineen con las aspiraciones humanas. Cuando tecnología e ingenio humano están en armonía, somos testigos de un efecto compuesto, en el que cada nuevo avance impulsa el siguiente a un ritmo exponencial. Por ejemplo, los avances en inteligencia artificial, análisis de datos y automatización desarrollados por organizaciones han revolucionado industrias dando lugar a soluciones antes inconcebibles. A medida que la capacidad de colaborar, comunicarse y compartir conocimientos a nivel mundial, las oportunidades de empoderamiento individual se multiplican. Sin embargo, al ampliar el potencial de las posibilidades de la interacción tecnológica y humana, requiere una revisión cada vez más apremiante de los valores que guían a individuos, corporaciones y la sociedad en general.